miércoles, 14 de abril de 2010

Ponerse viejo

La oficina

Tengo mis leves sospechas de que ya no soy el de antes y tarde o temprano (como todos) terminare convirtiéndome en adulto fome, como si esa sospecha te atacaran con mayor fuerza a medida que avanza el tiempo y la evidencia empírica te lo demostrara implacablemente.
Aquí van cinco puntos de mi vejez:

1.- El Matrimonio: los amigos comienzan a casarse y tú ni siquiera te lo has preguntado.
2.- Recuperarse de una lesión: antes cuando tenias 18, un esguince se recuperaba con siete días de yeso y listo, ahora mínimo son diez días de yeso y un mes de sesiones kinesiólogas.
3.- Día de semana libre: si estas en la casa un día de semana y todos tus amigos trabajan en horarios de oficina, preocúpate.
4.- Más horas de sueño: si cuando eras estudiante necesitabas un par de horas de sueño para recuperarte de la caña o de una semana agotadora, ahora necesitas más que un fin de semana para curarte el sueño post-semana de trabajo, post-carrete, post-etc.
5.- Despertar no es tan sencillo: antes de comenzar a trabajar, levantarse temprano era una cuestión de voluntad más que otra cosa, siempre se pudo faltar a clases, hacer el trámite otro día, dar la recuperativa o dejar que otro lo hiciera por ti. Hoy la cosa es muy distinta, si no te levantas temprano tienes que dar explicaciones al jefe y en el peor de los casos pensar que si no trabajas no hay dinero, sin dinero no hay diversión, si diversión no se pasa bien y si no se pasa bien no sé es feliz.

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