viernes, 11 de septiembre de 2009

Ceder el asiento

No tengo atado en ceder el asiento a los mas viejitos, enfermos y no tan enfermos, cero royo en realidad. Pero que onda esas señoras enojonas que te piden el asiento para cederlo a otros, como si uno tuviera un sensor astronomicohiperphotoplasmatico para detectar a las personas que necesita el asiento. Yo he dado el asiento un montón de veces y también lo he cedido cuando me lo han pedido de manera amorosa, lo que no me garantiza un lugar en el cielo, pero que onda señoras relájense un poquito.
Para mí ceder el asiento es un cuento de solidaridad y buena onda por él otro, lo que no significa que ande por la vida ofreciendo mi asiento para cederlo. Es más, me carga la actitud de la gente que cree porque unos es un lolo buenmozon tiene la obligación de ceder el asiento.

Señoras y señores usuarios enojones del metro: así como ustedes creen que dar el asiento es una cuestión de educación y cultura, yo creo que pedir el asiento también es lo mismo.

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